En la serie de fotografías Transformaciones, busco retratar figuras que se han desprendido de toda sustancia vital hasta convertirse en exoesqueletos vacíos. Son especímenes degradados y sugerentes, que existen en un espacio-tiempo que oscila entre lo abstracto y lo hiperrealista, lo concreto y lo posible.
Estos seres, cómplices de un juego de roles interpretado por Eros y Tánatos, habitan oscuridades en las que lo cadavérico convive armoniosamente con lo sensual y dionisíaco en un meticuloso equilibrio. Cautivados por lo grotesco y conocedores de mutaciones y podredumbres, esperan hipnotizados su monstruoso destino posthumano.


